martes, 9 de febrero de 2010

David Stogdon, diseñador de barcos de rescate



Este marinero fue pionero en la modernización de los navíos (tercero desde la izquierda) (foto del Telegraph)






David Stogdon fue un destacado diseñador británico de embarcaciones de rescate y pionero en el desarrollo de una nueva generación de barcos inflables rígidos, conocidos por sus siglas inglesas rib, que hoy se utilizan en todo el mundo y han salvado miles de vidas desde su puesta en marcha. Si Holanda puede alardear de poseer una de las mejores flotas de salvamento del planeta es gracias a Stogdon, marinero consumado, cuyas ideas radicales tuvieron especial eco en aquel país.
A pesar de carecer de formación como arquitecto naval, Stogdon dedicó su dilatada singladura a idear unos navíos de rescate más rápidos, manejables y, sobre todo, seguros. Un recorrido que arrancó con su ingreso, en los años cincuenta, en la división escocesa de la Royal National Lifeboat Institution (RNLI), dedicada a las labores de salvamento en la costa británica. Desde su puesto de inspector vivió dos tragedias marítimas en el mismo año (1953), que se tradujeron en 13 muertes y le marcaron profundamente.
De ahí nació su obsesión por transformar los modelos convencionales de embarcación (grandes, pesados e incapaces de superar los ocho nudos) por otros que, explotando las posibilidades de los barcos inflables, no pudieran hundirse ni volcar dejando atrapada a la tripulación. Un concepto que fue perfeccionando en sucesivos prototipos durante las tres décadas que permaneció en la RNLI.
Su época más prolífica se inició, sin embargo, cuando ya había atravesado la barrera de la jubilación. Entrado en la sesentena, Stogdon fue fichado como asesor de los homólogos holandeses del RNLI, que, admirados por su trabajo, le brindaron apoyo logístico y financiero para la renovación completa de su flota. En 1984, la propia reina Beatriz inauguraba el primero de una serie de 65 navíos, que tuvo su culminación tres lustros más tarde con el último y mayor prototipo de la clase rib (Arie Vessel). Se trataba de una gran embarcación de 62 pies, con una velocidad máxima de 35 nudos y la capacidad de superar las peores condiciones marítimas y de transportar a 120 supervivientes.
Nacido en Aldenham (Hertfordshire) en 1919 y obsesionado por la navegación desde su niñez -convenció a su madre para que le comprara el primer barco a los siete años-, Stogdon sirvió como oficial de artillería de la reserva naval en tres destructores durante la II Guerra Mundial. Aquella experiencia acabó volcándole en las tareas de rescate tras su reingreso en la vida civil. En su primera entrevista de trabajo para el RNLI, Stogdon convenció a sus futuros empleadores de que era capaz de hacer llegar un barco a cualquier puerto británico sin necesidad de utilizar una carta de navegación.
Su empeño en modernizar las flotas de salvamento, primero en su Reino Unido natal y más tarde en Holanda, partió de una promesa a sus tripulaciones: "No quiero que tengamos más viudas". Stogdon murió el pasado 1 de febrero, a los 89 años, habiéndola cumplido con creces. Desde 1981, no se ha registrado una sola víctima mortal durante las labores de rescate de navíos en aquellos dos países.