domingo, 23 de octubre de 2011

Dos muertos y cuatro heridos leves al desbordarse un barranco en la Cala de Finestrat




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El barranco, junto al que se instala el mercadillo semanal, se ha desbordado por las lluvias y ha arrastrado a varias personas. Un matrimonio ha fallecido y una tercera persona, que había desaparecido, ha sido hallada ilesa
EFE Un hombre de 72 años y su esposa, de 70, ambos británicos, han fallecido hoy a causa de una crecida de agua cuando visitaban como clientes un mercadillo situado en un barranco en la turística Cala de Finestrat (Alicante).
La crecida ha ocurrido sobre las 11:30 horas después de que durante veinticinco minutos cayeran 7,2 litros por metro cuadrado en la zona, una cantidad muy inferior a la mínima a partir de la cual la Agencia Estatal de Meteorología da aviso de riesgo por lluvias torrenciales o inundaciones, según el subdelegado del Gobierno en Alicante, José Pérez Grau.
En un mercadillo de entre 100 y 150 puestos, el matrimonio británico se hallaba en uno dedicado a bar/cafetería, el cual con la avalancha de agua fue golpeado por otro puesto situado algo más arriba.
La intensa corriente arrastró al matrimonio y al dueño del puesto, aunque éste último logró salir por sus propios medios.

La inesperada crecida del agua también causó heridas a otras cinco personas: un hombre de 88 años que sufrió la fractura de húmero y otro de 51 con contusiones (ambos dirigidos al hospital de Villajoyosa) mientras que los otros tres, de 31, 45 y 60 años, presentaron escoriaciones (quemaduras en la piel) y no precisaron ser trasladados.
Pese a que en un principio parecía que había otra desaparecida, finalmente se supo que la mujer, de 90 años, se hallaba en una calle cercana, sin daños.
El subdelegado del Gobierno ha explicado que, aunque concentrada entre las 10:55 y las 11:20 horas, la escasa magnitud de la precipitación hacía difícilmente previsible la tragedia.
Tras expresar sus condolencias por los fallecidos, el conseller de Gobernación de la Generalitat Valenciana, Serafín Castellano, ha confirmado que no había aviso de preemergencia o alertas, y ha señalado que ahora lo importante es atender a los afectados.
Aunque aún no se ha hecho un balance de daños, el alcalde de Finestrat, Honorato Algado, ha explicado que el mercadillo cuenta con un seguro y ha dado orden de que los efectos que se encuentren sean transportados a una nave para devolverlos posteriormente.
La situación geográfica del mercadillo, en pleno barranco, ha sido objeto de críticas por parte de los vendedores ambulantes.
En el entorno hay, incluso, señales verticales donde se avisa del peligro de riadas en días de lluvia y una de las vendedoras, Blanca María, ha asegurado a EFE que "esto era previsible que pasara" y ha opinado que "a nadie le importa".
Ha relatado que muchos de los dueños de los puestos se han quedado "en la miseria" al perder todo el género y ha criticado que ninguno de los responsables municipales o autonómicos les hayan preguntado cuánto han perdido.

Otros vendedores también han protestado al considerar que los servicios de emergencias han tardado demasiado pese a estar "con el agua al cuello" mientras que los afectados se "agarraban a los palos" de los puestos para evitar ser empujados por la corriente