domingo, 17 de febrero de 2013

El Comité Internacional de la Cruz Roja cumple un siglo y medio

Ginebra (CICR) – El 17 de febrero, el CICR conmemora su 150 aniversario y el comienzo de las actividades de socorro que hoy sigue desplegando en favor de millones de personas afectadas por los conflictos armados y para mejorar las condiciones de vida de otras tantas de estas personas


En estos momentos en que la gente sufre a causa de las encarnizadas guerras en Siria, Malí, la República Democrática del Congo y en otros países, el CICR está más determinado que nunca a desempeñar su cometido humanitario.
"Aprovechamos este aniversario para examinar de forma crítica nuestro pasado, así como para tomar más conciencia de los aspectos preeminentes de nuestra acción, los cuales nos han permitido hasta la fecha desplegar actividades en favor de millones de víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia", dijo el presidente del CICR, señor Peter Maurer. "Hoy más que nunca, debemos permanecer fieles a nuestros principios y, al mismo tiempo, buscar nuevas maneras de servir mejor a las personas que necesitan nuestra ayuda. Debemos redoblar esfuerzos para que todo el mundo comprenda la índole neutral, imparcial e independiente de nuestras actividades".
El CICR continúa adaptándose a las nuevas formas de conflicto armado y a los varios desafíos que se presentan en el despliegue de actividades humanitarias. "Seguimos efectuando nuestra labor en un entorno que se caracteriza por el uso de armas y tecnologías nuevas, por la proliferación de grupos armados, por la dificultad de llegar hasta las personas que necesitan ayuda, y por la gran cantidad de ONG y otras organizaciones humanitarias que compiten por servir a las comunidades cada una según su enfoque", dijo el presidente del CICR.
"Junto con nuestros asociados del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la comunidad humanitaria en general, debemos tratar de encontrar formas viables para hacer frente a esos desafíos", dijo el presidente del CICR. "Debemos coordinar mejor los esfuerzos humanitarios, y escuchar con toda atención la opinión de las personas que necesitan ayuda y ofrecerles la oportunidad de contribuir activamente en esos esfuerzos, cuya finalidad última es que la gente logre una recuperación duradera".
El mayor desafío para el CICR y otras organizaciones humanitarias es la falta de respeto del derecho internacional humanitario, el cual prohíbe la violencia contra las personas que no participan en los conflictos armados, como los niños, los heridos, los enfermos o los detenidos. La necesidad de que tanto los Estados como los grupos armados no estatales den prueba de una verdadera voluntad política para preservar a la población civil y para aplicar el derecho internacional humanitario es hoy más grande que nunca", dijo el señor Maurer.
Muchas de las actividades habituales del CICR tienen hoy amplios efectos. "El hecho de que nuestros delegados visiten a detenidos en Guantánamo, faciliten la liberación de rehenes en Colombia, ayuden a las personas en Afganistán a recibir asistencia de salud en condiciones seguras, impartan los conocimientos técnicos necesarios para mantener y hacer funcionar normalmente las redes de agua y electricidad en Goma, ciudad de un millón y medio de habitantes, o aboguen por la aprobación de un tratado internacional sobre las municiones en racimo, tiene efectos directos y duraderos en la vida de muchas personas", dijo el señor Maurer.
"No sólo ha sobrevivido la visión de Henry Dunant –la idea de la Cruz Roja–, sino que ha prosperado a lo largo de todos estos años", dijo el señor Maurer. "Durante el siglo y medio transcurridos hasta la fecha, el CICR ha superado adversidades políticas, dificultades financieras, barreras culturales e innumerables obstáculos de diversa índole, como los ataques perpetrados contra su propio personal, para prestar protección y asistencia humanitarias a las personas que necesitan esta ayuda". La Institución, una vez activa a pequeña escala y con personal únicamente suizo, desempeña hoy actividades humanitarias en más de 90 países del mundo, para lo cual cuenta con casi 13.000 empleados de más de 100 nacionalidades.