sábado, 24 de mayo de 2014

Inundaciones históricas en Bosnia y Serbia



Serbia, Bosnia y Croacia siguen luchando contra las consecuencias de las inundaciones que han dejado ya más de 40 muertos, han obligado a evacuar a 1,2 millones de personas y han arrasado campos y ciudades, mientras las aguas empiezan a retirarse, aunque se mantiene la alerta por riadas y brotes infecciosos.

"No estamos ni siquiera cerca del final" de los problemas, declaró hoy el primer ministroserbio, Aleksandar Vucic, aunque indicó que en el centro del país remiten las crecidas de los ríos Mlava, Resava, Morava y la situación está mejorando.

Sin embargo, en el oeste aún hay graves problemas y continúa la evacuación de Obrenovac, la ciudad más afectada por las riadas de los últimos seis días.

En varios puntos cruciales de protección ante la crecida del río Sava miles de personas refuerzan día y noche los terraplenes, debido a que la fuerza del caudal amenaza con romper en cualquier momento los diques.




La crisis persiste también en dos importantes centrales termoeléctricas, que han sido protegidas con terraplenes y donde se han instalado bombas de extracción de agua.

El Gobierno ha declarado tres días de luto para recordar a los en toda Serbia, a causa de unas inundaciones que han obligado a la evacuación de más de 30.000 personas.

Los daños materiales en Serbia son grandes y las primeras estimaciones oficiales hablan de mucho más del 0,64 por ciento del PIB, unos 174 millones de euros, el porcentaje a partir del que se puede acceder a los fondos de solidaridad de la Unión Europea.

Ahora, la prioridad es prevenir el brote de epidemias, limpiar los terrenos y eliminar los numerosos cadáveres de animales.

Las pérdidas directas en la producción agrícola alcanzarán unos 500 millones de euros, según evaluaciones no oficiales, un 10 por ciento del valor anual de las cosechas.

Pero los daños a largo plazo son mucho mayores, ya que las capas fértiles han sido destruidas en muchas zonas, así como la maquinaria y las infraestructuras.



Cientos de kilómetros de carreteras, vías férreas y puentes están devastados y muchas casas han sido destruidas por el agua y los corrimientos de tierra.

También Bosnia vive un día de luto por la muerte de varias personas en la considerada mayor catástrofe natural de su historia, aunque se teme que el número final de víctimas sea muy superior.

El primer ministro bosnio, Vjekoslav Bevanda, dijo hoy que "casi 950.000 ciudadanos han abandonado sus hogares por las inundaciones, que han afectado directa o indirectamente a más de un millón y medio de personas", más de una cuarta parte de toda la población.

En las zonas de las que ya se han retirado las aguas hay riesgo de infecciones estomacales y epidemias contagiosas por ántrax o virus del Nilo, según han advertido las autoridades.

En la localidad de Doboj se han desplegado equipos de artificieros, ya que se teme que el barro haya arrastrado hasta el centro urbano minas antipersona desde los campos que fueron minados en la guerra de principios de los años 90.

Los daños materiales han sido cifrados en miles de millones de euros por el presidente del país, Bakir Izetbegovic, quien ha advertido de que Bosnia "difícilmente podrá recuperarse sin la ayuda internacional".

Por su parte, en el este de Croacia la situación parece más calmada, pero aún hay peligro. La ciudad de unos 60.000 habitantes, 16.000 han tenido que ser evacuadas.
EFE